La banda emblema del reggae chileno pasó por el Ángel Bustelo como tentempié al Pepsi Music donde la agrupación se presentará hoy sábado. Un show prolijo, con algunos accidentes que hicieron perder el ritmo tirándole hielo al calor de la sala.
Nadie podrá discutir la trayectoria de Gondwana, que se plantó en el Bustelo soltando sus 20 años de recorrido musical sobre las tablas mendocinas. Pero la velada de ayer fue perdiendo intensidad y magia con el correr de la hora cuarenta que duró el recital.
Promediando la mitad el cantante, Maxi Vargas, tropezó en el escenario y se sacó la rótula; de allí en más se notó que el grupo de músicos sólo pensaba en cerrar la presentación.
Con más de 600 personas que llegaron a tranco rápido y sobre la hora, la banda trasandina saludó con “Aire de Jah” y allí comenzó lo mejor del recital. Un enganchado de casi 30 minutos que invitó a bailar desnudando la esencia de la banda. Así llegaron “Jha Childrens”, “Antonia”, “Dulce Amor” y “Armonía de amor”, tema que faltaba en los escenarios desde el 2008. Batería de reggae, sonidos ajustados, arreglos prolijos y buena devolución del público. El punto más alto de una noche que empezó para arder y terminó para camperita.La banda notó que el público estaba más calmo que de costumbre y probó con insistencia liberando al percusionista, Leo Dread, como rapero para levantar el ánimo, pero nada cambió. Con ese recurso expuesto llegó “Fuego”, “Give your love” y “Reggae is coming”. Los músicos apostaron reencender la llama con dos clásicos “Verde, amarillo y Rojo” y “Te recuerdo Amanda” de Víctor Jara, pero el público que disfrutaba, no lo traducía.
Entre tanto recurso para volver a levantar a sus seguidores, Maxi Vargas, trastabilló en escena y se sacó la rotula. Un momento de duda con los músicos tocando sin parar hasta que el vocalista reapareció, llevó calma y siguió el recital como si nada hubiese pasado.Con un profesionalismo infernal, la banda no acortó ni un tema en la lista, pero al ver la cara de dolor del cantante, uno pedía desde abajo que lo cerraran. Parecía estar sufriendo más de lo que podría disfrutar. En ese clima emergieron: “Nuestro sueño”, “Mejor que intentes” y “Traficantes de Fe”. Un corto bis con “Princesa” y Felicidad” dieron los últimos destellos de calor en una noche extraña donde el reggae estuvo ante todo. Con sus compases suaves y tranquilos se adueño por completo de un Bustelo que fue todo paz y amor.
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