Nadie se quedó sentado. "Todo día, o sol da manha ven e les desafía...". Cuando Herbert Vianna, el vocalista de Os Paralamas do Sucesso, inició las primeras estrofas de "Alagados", una de sus canciones más clásicas.Antes hubo que conjurar la amenaza de más lluvia. Una fuerte tormenta cayó en horas de la tarde y puso en riesgo la realización del concierto.
"Cada vez que venimos al Paraguay, traemos lluvia. Es bueno eso" bromeó Viana, recordando que un concierto anterior en el Club Olimpia de Asunción tuvo que suspenderse por lluvia. Pero en el Este nadie le tuvo miedo al agua, y Os Paralamas ofrecieron su show bajo una tenue llovizna que no le restó calidez a una noche de contagiante sonido de rock, reggae y samba, con una buena dosis de crítica social.
"Inundados, trenchtown, favela da mare/ la esperanza no está en el mar/ ni en las antenas de tevé...", cantaba Herbert, alternado portugués y español desde su silla de ruedas en el escenario, mientras regalaba los impagables solos de su guitarra eléctrica, revelando una vez más que no hay accidentes ni enfermedades que puedan paralizar el don de volar y hacer bailar con la música.
Junto a él, sus inseparables cómplices de una leyenda rockera que se inició hace más de 30 años en Río de Janeiro, Bi Ribeiro en el bajo y Joao Barone en batería, junto al resto de la banda, que ofrecieron un compendio de temas nuevos y viejos, pero que encontró sus punto de clímax en las canciones más clásicas como "Lanterna dos afogados", "Uma brasileira", "Louriña bombril", que el público coreó de memoria.Especial emoción despertó la versión de "Dame tu amor", éxito del rosarino Fito Páez, interpretada con el peculiar estilo del grupo.
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